1. ¿Qué es la Helicobacter pylori?
La Helicobacter pylori, también conocido como H. pylori, es una bacteria que reside en el estómago y el duodeno. Es responsable de la infeccion bacteriana crónica más común en humnaos, afectando a personas de todas las edades y de todas las poblaciones.
La colonización de esta bacteria ha cobrado cada vez más importancia y se ha hecho cada vez más común debido a la resistencia que ha desarrollado la propia bacteria al consumo de antibióticos.
H. pylori normalmente afecta al antro, la zona más baja del estómago. Da lugar a inflamación que conlleva a una gastritis. También puede causar una úlcera péptica que puede sangrar (uno de los mayores riesgos). También se dará un aumento de la producción de ácido.
2. ¿Cómo se transmite la Helicobacter pylori?
Aunque no se comprende completamente su modo de contagio, sabemos que la transmisión puede ocurrir de una persona contaminada a una persona sana a través del contacto con saliva, vómitos o heces. En el caso de las heces, generalmente ocurre por la ingestión de agua o alimentos contaminados.
Los seres humanos son el principal reservorio de la bacteria, pero también se ha aislado en otros primates, ovejas y gatos domésticos, lo que sugiere posibles transmisiones entre estas especies y los humanos.
3. Síntomas de la Helicobacter pylori
Los síntomas de la infección por H. pylori pueden variar y se pueden clasificar según la zona de afección:
A nivel oral: pueden darse eructos, mal sabor de boca, sangrado de encías, acidez, reflujo, ardores, nauseas o vómitos
A nivel gástrico: destaca el dolor de estómago, sensación de pesadez, saciedad precoz, distensión abdominal, gases o hinchazón.
A nivel general: puede darse pérdida de peso y apetito, anemia (de hierro y de B12), cambio en la consistencia de las heces, cansancio o fatiga.
4. Diagnóstico de la Helicobacter pylori
El diagnóstico de H. pylori se basa en varias pruebas que pueden realizarse en un entorno clínico. Aquí están algunas de las más comunes:
Endoscopia: Durante una endoscopia, un médico introduce un tubo flexible con una cámara en el extremo (endoscopio) a través de la garganta hasta el estómago y el duodeno. Se toman muestras de tejido (biopsias) para detectar la presencia de H. pylori.
Prueba del aliento con urea: En esta prueba, el paciente ingiere una pequeña cantidad de urea marcada con carbono o nitrógeno. Si hay H. pylori presente en el estómago, liberará una enzima llamada ureasa, que descompone la urea y produce dióxido de carbono. La detección de este gas en el aliento indica la presencia de la bacteria.
Análisis de sangre específicos: Estos análisis buscan anticuerpos contra H. pylori en la sangre. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los anticuerpos pueden persistir incluso después de que la infección haya sido tratada con éxito, por lo que esta prueba no siempre es concluyente.
Prueba de antígeno en heces: Esta prueba busca proteínas específicas de H. pylori en las heces. Es una opción no invasiva y puede ser útil para confirmar la infección.
Es importante destacar que el diagnóstico de esta afección debe ser realizado por un médico digestivo |
No se debe recurir, en ningún caso, al autodiagnóstico, o al uso de test comprados a través de internet ya que estos pueden no estar legalizados y pueden generar falsos resultados.
5. Tratamiento de la infección por Helicobacter pylori
El tratamiento de la infección por H. pylori implica el uso de antibióticos para erradicar la bacteria durante unos 10-14 días. Además, se pueden emplear medicamentos para reducir la acidez estomacal y aliviar los síntomas.
Durante la toma de los antibióticos específicos para H. pylori se recomienda:
- Minimizar la exposición solar
- Evitar el consumo de alcohol
- No consumir lácteos
- Separar los alimentos ricos en calcio de la toma del antibiótico
- No abrir los comprimidos de antibióticos
- Tomar el tratamiento después de las comidas (excepto cuando se de otra indicación médica)
- Terminar el tratamiento
- Tener en cuenta efectos adversos como pueden ser: cambio en la consistencia de las heces, alteración del ritmo intestinal, náuseas, gases, boca seca…
Tras el tratamiento con antibióticos se aconseja comprobar la erradicación total de la bacteria mediante la repetición de las pruebas.
6. Tratamiento dietético-nutricional de la H. pylori
La alimentación puede desempeñar un papel importante en el manejo de la infección por H. pylori. Se recomienda:
Dieta blanda y equilibrada: seguir una dieta blanda será el principal objetivo para reducir las molestias y recuperar las mucosas gástricas. Según el paciente será necesario eliminar ciertos alimentos, de manera momentánea, que sienten mal o cuesten digerir.
Fibra: La fibra dietética puede ayudar a aliviar los síntomas y reducir la inflamación. Opta por alimentos ricos en fibra, como avena, legumbres y frutas.
Probióticos: Los alimentos fermentados, como el yogur y el kéfir, contienen probióticos beneficiosos que pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino. Estos pueden ser útiles en la lucha contra H. pylori.
Suplementación (debe valorarse de manera individualizada): Pueden mostrarse déficits de diversos nutrientes como el hierro, la vitamina B12, el ácido fólico (B9). En caso de que la dieta a aplicar deba ser demasiado restrictiva o la absorción de nutrientes se vea limitada, se recomienda la toma de un multivitamínico
Evita irritantes: Algunos alimentos pueden aumentar la acidez estomacal y empeorar los síntomas. Estos incluyen alimentos picantes, café, alcohol y alimentos grasos.
Realiza comidas más pequeñas y frecuentes para minimizar el trabajo digestivo.
7. Conclusión
La Helicobacter pylori es una bacteria común que afecta la salud gastrointestinal. Con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, es posible controlar sus efectos y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Recuerda que siempre es importante consultar con un dietista-nutricionista antes de realizar cambios significativos en tu dieta.
¡Cuida de ti mismo y sigue las recomendaciones médicas!
Ana Mulero
Nutricionista en Ana Mulero Nutrición