1. Introducción
La leche de vaca ha sido criticada en numerosas ocasiones a lo largo de los años, pero a la vez, es considerada uno de los pilares de la alimentación humana.
Nutricionalmente, destaca su contenido en proteínas, calcio y vitaminas esenciales. La lactosa, es otro de los componentes de la leche al que solemos referirnos cuando esta nos causa problemas digestivos (hinchazón, pesadez, nauseas…). Pero puede que esta no sea la culpable, sino una de sus proteínas, la beta-caseína.
En este artículo nos centramos en ella, la beta-caseína, una proteína que representa el 30% del contenido proteico total de la leche.
La beta-caseína representa el 30% del contenido proteíco total de la leche |
2. ¿Qué es la beta-caseína?
La beta-caseína es un tipo de proteína presente en la leche que se puede encontrar de diversas formas, pero las más comunes son la beta-caseína A1 (BCA1) y la beta-caseína A2 (BCA2). La diferencia entre ellas radica en un simple aminoácido: el aminoácido histidina en la BCA1 y el aminoácido prolina en la BCA2. Este aminoácido marca una gran diferencia en la facilidad de digestión de la leche.
La BCA1, al descomponerse en nuestro intestino da lugar a un péptido llamado BCM7, el cual se asocia a muchos de los síntomas generados al consumir leche: mala digestión, hinchazón, pesadez…
La BCA2, por el contrario, no genera este péptido al descomponerse, por lo que es mejor tolerada por la gran mayoría de la población.
3. ¿Dónde se ecuentra la beta-caseína A2?
Originalmente, la mayoría de la leche contenía beta-caseína A2 pero, debido a una mutación, las vacas comenzaron a producir beta-caseína A1 y, además, comenzaron a aumentar la producción. Por ello, los ganaderos optaron por la cría de estas “nuevas vacas”, haciendo que casi la totalidad de la leche de consumo actual contenga BCA1.
La BCA2, actualmente, se encuentra en la leche materna, la leche de cabra, oveja y búfala, además de en otros rebaños genéticamente seleccionados.
4. ¿Debo dejar de tomar lácteos?
Aun con este matiz, el consumo de leche y derivados sigue siendo seguro. Estos productos son ricos en los nutrientes mencionados y generan efectos positivos para la salud: antioxidante y cardioprotectores, especialmente cuando se consumen enteros o fermentados, como el yogur, el kéfir o el queso, ya que contienen, además, probióticos.
El consumo de lácteos solo se desaconseja cuando exista una intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de leche de vaca o en caso de aversión total al alimento. |
5. Conclusión
La diferencia entre la beta-caseína A1 y A2 puede ser mínima a nivel molecular, pero sus efectos en el tracto digestivo pueden ser significativos. Mientras que unos estudios sugieren que la BCA1 podría estar asociada a problemas digestivos, la BCA2 se representa como una alternativa más saludable.
Es importante recordar que la investigación en este campo está aun en desarrollo y se requieren más estudios.
Ana Mulero
Nutricionista en Ana Mulero Nutrición