1. Introducción
El hígado es el órgano interno mas grande de nuestro cuerpo y tiene diversas funciones, destacando 3 de ellas:
- Productor de bilis: la bilis es un compuesto indispensable para digerir y absorber nutrientes como las grasas.
- Almacén de nutrientes: la glucosa se almacena en el hígado en forma de glucógeno. Esta se liberará en el momento que necesitemos un extra de energía.
- Metabolizador de sustancia tóxicas: el alcohol y los medicamentos son “digeridos” por el hígado y, posteriormente, excretados por las heces y la orina. Estos compuestos son difíciles de digerir y causan en el hígado un mayor daño.
2. ¿Qué es el hígado graso?
El hígado graso es una acumulación excesiva de grasa en el hígado y se está convirtiendo en el problema hepático más común en países occidentales (casi un 25% de la población general padece hígado graso).
Dependiendo de la cantidad de grasa acumulada alrededor del hígado podemos encontrar distintas situaciones que pueden llevar a problemas y síntomas de distinta relevancia. Podemos estar ante una simple infiltración de grasa, sin más, o una inflamación generalizada del hígado, o una pérdida de funcionalidad de las células (hepatocitos), presencia de tejido conectivo o, en última instancia, cáncer.
En cualquiera de estos estadios, es indispensable cambiar de hábitos con el objetivo de frenar la progresión de la enfermedad o, incluso, revertirla.
3. ¿Qué factores predisponen al hígado graso?
Obesidad: no es un factor indispensable ya que existe hígado graso en personas con un peso adecuado.
Síndrome metabólico: es un cuadro clínico que se caracteriza por la presencia de:
- Hipertensión
- Diabetes o resistencia a la insulina
- Triglicéridos elevados y HDL disminuido o alteraciones en el LDL o colesterol total
- Perímetro de cintura elevado. Aquí te enseño cómo medirlo.
Algunos medicamentos: como corticoides, metatrexato, tamoxifeno…
Enfermedades Inflamatorias intestinales: las cuales puedan aumentar el daño y la permeabilidad intestinal
Enfermedad de Wilson: acúmulo de cobre en el organismo.
Otras enfermedades hepáticas.
Dietas de mala calidad: altas en grasas y azúcares y bajas en proteína.
Tabaquismo.
4. Síntomas del hígado graso
No suele existir sintomatología a menos que haya una progresión grave de la enfermedad. En este caso podemos encontrarnos:
- Dolor abdominal
- Cansancio
- Nauseas y pérdida de apetito
- Edemas o retención de líquidos
- Esteatorrea o grasa en las heces
- Ictericia y sangre en heces (solo en estados graves)
Se trata de una patología silenciosa, que no avisa, a menos que haya un daño grave y, muchas veces, es irreparable. |
Cabe destacar que, si el hígado graso no se trata y este avanza, pueden darse accidentes cardio y cerebrovasculares, hipertensión, diabetes o cáncer.
5. Tratamiento
Médico
No existe una medicación específica para tratar el hígado graso. Tan solo se suelen usar medicamentos para mejorar los síntomas que acompañan a la patología como tal.
Se puede llevar a cabo, además, cirugía bariátrica y trasplante hepático.
Higiénico-dietéticos
Reducir la ingesta calórica para disminuir la grasa acumulada. Esto puede hacerse reduciendo las raciones de alimento o priorizando aquellos con menor carga calórica.
Reducir carbohidratos procedentes de comidas procesadas, zumos, cereales refinados, arroz blanco y consumir los procedentes de legumbres, frutas, verduras y cereales integrales. Hay que destacar la recomendación de reducir, no es necesario entrar en estado de cetosis.
Reducir grasas ricas en omega 6 (aceites vegetales de maíz, soja y girasol) y carne roja. Priorizar grasas vegetales de buena calidad como la presente en los pescados azules, en semillas como el lino y la chía, en los frutos secos y el aceite de oliva. Todos ellos comprenden una gran fuente de omega 3.
Aumentar fibra para mejorar la situación de la microbiota intestinal, reduciendo su daño y permeabilidad. Esto ultimo evitará la entrada de microorganismos al hígado.
Eliminar tabaco y alcohol.
Realizar ejercicio físico empezando por el mantenimiento de una vida activa. Como base se recomiendan una actividad física de unos 10.000 pasos diarios, a lo que hay que añadir el ejercicio físico: al menos 3 sesiones de 1 hora de carrera, natación, pesas, crossfit, baloncesto… este aspecto es indispensable en el tratamiento.
Aumentar alimentos ricos en antioxidantes como el cacao, ajo, frutos del bosque, soja, cítricos, especias, té verde…
Suplementos
Algunos suplementos a valorar según el estado del paciente y si no se consiguen a través de la dieta son:
- Vitamina E
- Probióticos y prebióticos
- Omega 3
6. Conclusión
El hígado graso es una condición cada vez más común debido, en gran medida, a los actuales hábitos alimentarios y de ejercicio. Es imprescindible cuidar nuestra alimentación y, en caso de sobrepeso, esta debe ir orientada a la pérdida de peso. El ejercicio físico es el segundo pilar que hará que la enfermedad frene o revierta.
El hígado es la centralita de todo lo que entra en nuestro cuerpo y de ahí se distribuye al resto de órganos. Debemos procurar que los alimentos que llegan sean beneficiosos y no causen daño a ningún nivel.
Si padeces de hígado graso ponte en manos de un nutricionista profesional que te ayude.
Ana Mulero
Nutricionista en Ana Mulero Nutrición