1. ¿Qué es el Síndrome de Intestino Irritable y qué síntomas muestra?

 

El Síndrome de Intestino Irritable (SII) se define como un trastorno funcional intestinal que da lugar estreñimiento (SII-E), diarrea (SII-D) o ambos a la vez (SII-M), es decir, mixto.

Además de verse afectada la frecuencia de las deposiciones, también se observan diferencias en su consistencia. Se produce, además, un acúmulo de gas y/o agua en el intestino, generando distensión y/o hinchazón, lo que da lugar al dolor abdominal constante.

Otros síntomas extra abdominales pueden ser cefalea, somnolencia, fatiga, cansancio, lumbalgia… Ta,bién se han visto síntomas relacionados con enfermedades reumáticas como fibromialgia, alteración de la articulación temporomandibular (conecta la mandíbula con la parte lateral de la cabeza)…

Se conocen estudios en el que estos pacientes presentan mareos, dolor de espalda y muscular general, ansiedad, depresión. Estos suelen darse con más frecuencia en mujeres que en hombres.

Estos síntomas pueden variar de intensidad con el tiempo ya que pueden darse episodios de brote-remisión. Incluso se puede pasar de un SII que cursa con estreñimiento a un SII que cursa con diarrea, o viceversa.

Es importante asegurarse de que el diagnóstico sea correcto ya que los síntomas propios de este trastorno son muy comunes y puede confundirse con una celiaquía, una Enfermedad Inflamatoria Intestinal, un SIBO…

 

2. Causas del Síndrome de Intestino Irritable

 

Se conoce que el SII puede ser causado por diversos factores:

  • Genéticos: existen polimorfismos y metilaciones en el ADN que puede predisponer a padecerlo.
  • Haber padecido previamente algún episodio postinfeccioso: esto es, el SII puede aparecer a raíz de una disbiosis (desequilibrio) en nuestra microbiota causada por la presencia de alguna bacteria, como la Helicobacter Pylori, o virus, por una gastroenteritis o una intoxicación alimentaria, entre otros casos.
  • Numerosos factores cotidianos como puede ser el estrés, la ansiedad, la mala alimentación…

 

3. Tratamiento dietético-nutricional en colon irritable

 

En pacientes con síntomas leves se actuará, en primer lugar, asegurando una educación alimentaria y buenos hábitos dietéticos básicos. Esto es importante porque algunos síntomas que se exponen son similares a los que surgen cuando una dieta es poco saludable. El consumo de harinas refinadas genera inflamación, el estreñimiento puede deberse a una baja ingesta de fibra, etc.

Si esta primera cuestión está bien tratada y el paciente realmente padece de SII, se procede a la aplicación de una dieta baja en FODMAPs.

¿Por qué funciona esta dieta?

Porque la presencia de estos FODMAPs (unas fibras fermentables) en el intestino delgado, aumenta la ósmosis en el mismo, reteniendo más gas y agua dentro de él. Además, son susceptibles de fermentación bacteriana, lo que puede generar disbiosis aumentando la concentración de bacterias que no son las más recomendadas. Esto genera la producción de gas y otros productos que producen distensión.

 

En pacientes con síntomas moderados le añadiríamos a lo anterior un tratamiento farmacológico para aliviar dolor o motilidad intestinal.

 

4. Tratamiento farmacológico y suplementación en colon irritable

 

El tratamiento farmacológico variará según el tipo de SII que se de:

  • En Síndrome de intestino irritable que cursa con diarrea se recomiendan antidiarreicos o antiespasmódicos que reducen la contracción muscular lisa del intestino aliviando la diarrea. También disminuyen el dolor y la distensión.
  • En Síndrome de intestino irritable que cursa con estreñimiento se recomiendan laxantes, ablandadores de heces o procinéticos que aumentan la motilidad intestinal mejorando el tránsito intestinal.
  • En casos en los que la patología curse con depresión se recomienda la toma de antidepresivos.
  • En caso de que el SII curse con SIBO se recomendará la toma de antibióticos.
  • Para aliviar el dolor ayudando a la eliminación de los gases se recomiendan antiflatulentos.

La suplementación variará según la sintomatología y la evolución de cada paciente. Aunque de manera general encontramos:

  • Multivitamínicos
  • Vitamina D
  • Magnesio
  • Probióticos
  • Aceite de menta (con efecto similar a antiespasmódicos)
  • Fibra (su uso o no dependerá del tipo de SII)

5. Conclusión

 

La importancia de este trastorno intestinal radica, principalmente, en el correcto diagnóstico, ya que, al presentar síntomas tan comunes, puede confundirse con otras patologías digestivas. Por ello es indispensable que este diagnóstico lo realice un médico digestivo.

En cuento al tratamiento dietético-nutricional, como cualquier patología digestiva, debe ser llevado a cabo de manera individualizada con la ayuda de un dietista-nutricionista que elabore un menú y unas pautas específicos para el paciente.

 

Ana Mulero

Ana Mulero

Nutricionista en Ana Mulero Nutrición

Dietista y nutricionista graduada en nutrición humana y dietética. Especializada en Nutrición Deportiva.